Los baños de parafina son recomendables en casos de artrosis, artritis, lesiones, dolor localizado en las articulacionesy hidratación de manos y pies.
Al ser un tratamiento determoterapia, los efectos del baño de parafina son paliativos, es decir, alivian el dolor gracias a su efecto de calor.
La artrosis es una patología reumática que afecta el 10% de la población general y que supone la cuarta parte del total de consultas que se realizan en esta especialidad médica (datos de la sociedad Española de Reumatología). En la artrosis la causa del dolor está en el desgaste del cartílago que une los extremos de los huesos que forman una articulación.
La parafina retiene el calor por un tiempo prolongado gracias a su elevada conductibilidad térmica. Al aplicarla sobre una zona cuya articulación esté dañada por la artrosis, la temperatura del área aumenta, contribuyendo a la relajación muscular, calma la sensación dolorosa y además consigue una vasodilatación de las venas y las arterias, haciendo que la circulación sanguínea mejore.
El baño de parafina estará contraindicado cuando hay inflamación de la articulación o músculo, problemas circulatorios o cardiovasculares y afecciones dermatológicas.
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